Como parte de un ambicioso proyecto cultural, al que se le ha procurado mantener fresco en ideas y propuestas
con la constante renovación del Director de Servicios Educativos y Culturales (tres cabezas han pasado por esta oficina en
lo que va de la administración 2003 – 2006 del PRD en Azcapotzalco), las autoridades delegacionales han demostrado tener
la capacidad para proveer a la población chintolola de las herramientas básicas-mínimas necesarias para poder darle acceso
a talleres de interés "comunitario", pues en menos de 5 meses han inaugurado cuatro pequeños espacios culturales (que se suman
a los ya existentes: Casa de Cultura, dos museos, videoteca y un Foro Cultural), con los que ponen de manifiesto una política
cultural que busca, antes que nada, llegar a pequeños sectores de la sociedad antes de convertir a la Delegación en un importante
centro generador de creadores y propuestas artísticas.
Tener como prioridad dar acceso a pequeños grupos de la comunidad a este tipo de servicios explica de manera
clara el poco interés en invertir en un proyecto cultural de grandes dimensiones que permita generar en nuestra delegación,
y la zona norte en general, un polo cultural con propuestas artístico-culturales para los habitantes de esta zona de la ciudad,
pues ¿para qué apostar e invertir en una nueva propuesta cuando ya existe el corredor Centro-Roma-Condesa-Coyoacán-Tlalpan-San
Ángel, que monopoliza gran parte de las actividades culturales de la capital?
La postura de la delegada Laura Velázquez Alzúa resulta más comprensible aún al tener conocimiento de la
existencia de otros grupos que han comenzado con esta labor de descentralización cultural como la Fundación JUMEX, Fundación
Pascual, el nuevo proyecto de FARO en la zona de Ecatepec, así como el proyecto del Centro de Arte y Cultura Futurama (de
la delegación Gustavo A. Madero, y que por 7 años estuvo abandonado); así que ¿por qué desgastarse sumándose a un proyecto
en el cual ya hay otras instituciones involucradas, y que, por encima de todo, no proporciona resultados visibles de manera
inmediata?
Hoy, las autoridades han decidido que los nuevos centros inaugurados son suficientes. O ¿acaso tiene algún
sentido proporcionar este tipo de servicios a la población de las zonas más marginadas y cuyas prioridades de subsistencia
no les permiten darse un tiempo para la educación fuera de las aulas, aquellas que aún son consideradas pueblos y barrios
en Azcapotzalco?
Hay que reconocer, eso sí, que las autoridades demostraron ser fieles a una idea, aquella que dice que el
arte y la cultura son importante en la medida que sean tomados exclusivamente como mera recreación; invirtiendo sólo lo mínimo
en el área de cultura conservando el presupuesto para aquellos grandes eventos masivos que ponen al alcance de "todos" lo
más representativo de las manifestaciones populares.
Así que, ¿para que queremos una Escuela de Artes cuando podemos tener en vivo a la " Banda Limón " o " Banda
Maguey "?
Un sincero agradecimiento a aquellos funcionarios que nos han permitido vivir tres años inmersos en una administración
gris y mediocre en el ámbito cultural.