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Amenaza delincuencia cultura y arte en Azcapotzalco
 
 
Por: Joel Nava Polina
 
El viernes 28 de julio de 2006, las siniestras alas que arroparon el maratón de cine nocturno dedicado al "vampirismo", se extendieron más allá de las fronteras de la Videoteca de Azcapotzalco Manuel Álvarez Bravo, sede del evento cultural.
 
Hacia la media noche, uno de los hermanos del conocido artista visual Iván Villaseñor, fue herido de bala en una pierna por un delincuente que accionó una pistola calibre 22 en su contra.
 
Consumado el ataque, el agresor y su compinche abordaron el auto de la víctima. Huyendo bajo el cobijo de las tinieblas reinantes de esa principal calle que flanquea nada menos que uno de los sitios más visitados por los chintololos: el edificio de gobierno de la Delegación Azcapotzalco, así como el Mercado de la zona centro de dicha demarcación - a tan sólo unos metros de la que fuera la casa de campaña del PRD del jefe delegacional electo, Alejandro Carbajal.
 
La primera voz de alarma sobre este hecho condenable, provino de uno de los asistentes (una persona con maestría en Historia del Arte por Casa Lamm y oriundo de la demarcación) al maratón de cine que vio tirado a Villaseñor en el piso , muy cerca del recientemente construido monolito de piedra que en su cúspide es rematado por una silente cabeza de Benito Juárez. Un buen testigo, pero mudo al fin y al cabo.
 
Otros testigos - éstos, de carne y hueso - "huyeron para no ser implicados, pues estaban bebiendo alcohol en la vía pública, muy seguramente en el quiosco de la pequeña plaza o jardines poniente" - aledaña al edificio administrativo de gobierno local y a una veintena de pasos de la puerta principal de la Videoteca - señaló a este articulista una de las personas que auxilió a Villaseñor y está encargado de organizar el evento nocturno que, cada viernes de fin de mes, convoca y programa los cíclos para los cada vez más numerosos asistentes a un sitio de la capital de México donde, si no fuera por él, sería casi nula la vida cultural nocturna de la delegación Azcapotzalco.
 
Consultado sobre los hechos, Miguel León, licenciado en Historia aseveró con calma a la pregunta que le formulé sobre las acciones inmediatas que realizó el policía de cargo de la Videoteca: "... el señor quedó muy mal parado, pues no conocía de memoria el número telefónico del destacamento de la Policía Auxiliar al que pertenece; me extendió un papel donde estaba anotada la cifra de dígitos... y con señas me dio a entender que yo realizara la llamada por él".
 
- ¿Qué hiciste entonces? - lo insté a responder.
 
- Marqué el teléfono de emergencia para llamar a una ambulancia de la Cruz Roja, y luego el gendarme hizo lo propio para dar a viso a sus mandos superiores.
 
El hecho es, Joel, que evitamos que la noticia cundiera entre los asistentes al maratón. Decidimos guardar silencio para evitar el pánico; y sólo algunas personas responsables del evento, coordinamos el auxilio de la víctima mientras llegaban los paramédicos.
 
- Pero... a tan sólo unos metros de la Videoteca ¡hay un hospital..!
 
- ¡Lo sé! Fuimos a pedir ayuda. Pero los médicos de ese sitio negaron atención a la víctima. ¡Es un hospital pediátrico! - apuntó.
 
- ¿Podrías dar una opinión objetiva, siendo tú el responsable desde hace meses de la organización de los maratones, si has notado diferencias entre uno y otro maratón, en el número de elementos de seguridad que resguardan a la gente que acude al sitio?
 
- Como asiduo asistente, tú debes recordarlo Joel . Durante el primer maratón había más policías que asistentes a la Videoteca - asentí con la cabeza mientras escuchaba su explicación, no obstante mi interlocutor no podía verme, pues la entrevista la estaba realizando vía telefónica.
 
Desde mi punto de vista los mandos de la Policía Auxiliar del DF ahí destacados, se dieron cuenta que ante la nula frecuencia de sucesos, era justificable reducir por completo a los policías y dejar solo al elemento de cargo del sitio solamente.
 
Por otro lado, Joel, si te has dado cuenta, las luminarias de la calle están inservibles. En ese sentido existen todas las condiciones para que un hecho así ocurriera. Era algo que se avecinaba - dio por terminada la charla Miguel León en ese tenor, y comenzamos a charlar sobre otros tópicos.
 
Horas después, abrí la Lap Top y comencé a redactar este artículo.
 
Comencé a hacer memoria:
 
Un día después de los hechos ocurridos, y sin conocer la situación señalada, este articulista visitó el lugar para asistir a una muestra de cortometrajes de jóvenes realizadores mexicanos.
 
Al salir, hacia las 9:30 de la noche del sitio, fui enterado por Celina Durán, coordinadora de dicha Videoteca sobre los acontecimientos ocurridos.
 
Me di entonces a la tarea de recordar los detalles que mi memoria acababa de registrar unos momentos antes. El camino que ese sábado por la noche recorrimos juntos mientras caminábamos con la coordinadora de Tequio México (compañía teatral mexicana) hacia el auto, junto con la especialista en cine, Durán.
 
La noticia sorprendió a los receptores de dicha información.
 
Durán nos la había dado a conocer ya habiendo abordado mi auto. Lo conducía hacia la casa de ésta y de Lucero Rodríguez para llevarlas a sus respectivas hogares, pues los tres radicamos en el mismo fraccionamiento, Prados del Rosario, al norponiente de Azcapotzalco, frente al Parque Tezozómoc, y a unos cientos de metros de la edificación en "obra negra" de la Escuela de Artes de Azcapotzalco, detrás del paradero del Metro Rosario, en la colonia Tierra Nueva.
 
- ¡No "masques"! - exploté eufemísticamente -. ¡Llevamos años pidiendo a las autoridades locales echen a andar espacios de producción de arte y cultura como medida para que la gente tenga oportunidades de ser productiva, en vez de nociva - como el caso de estos delincuentes -, y comenzar a reducir los niveles de violencia y asaltos en la zona!
 
¡Necesitan a caso, el cadáver de un hombre o mujer para que el proyecto Escuela de Artes - que tiene ya más de tres años sin terminarse - sea retomado?
 
El gobierno local nos tilda como ciudadanos elitistas, mientras la dimeción real de lo que hacemos como creadores y votantes es, tan sólo pedir algo para la comunidad en general, sin distingo de clases.
 
¡Sería el colmo si ahora al redactar - por que lo voy a hacer - lo que hoy conozco, fuera motivo para que nos señalaran como elitistas porque sé articular una idea, defenderla, denunciarla públicamente; porque sé escribir a pesar de mi formación en escuelas públicas y privadas; porque soy el coordinador de un movimiento de artistas al norte del DF, por que sé leer... porque soy mexicano!
 
¡Es necesario ya, apuntar que la delincuencia no sólo está atacando la cultural en Azcapotzalco en términos abstractos (dados los múltiples casos de incompetencia de muchos de las personas a cargo de la cultura en la demarcación) , sino que ahora hay atentados reales contra la vida de los mismos ciudadanos o creadores...! - no finalicé mi monólogo.
 
Había detectado que, el silencio reinante dentro del auto, era más propicio para estar en calma. Frenar mi indignación manifiesta y, dejar de atosigar a dos personas que no tenían por qué ser objeto de mi enojo. Ellas no iban a resolver el problema.
 
No obstante, mi indignación es fácilmente transmutable. Por ello, este artículo lo dedico a la salud de Villaseñor.
 
Una persona más que, en un quirófano de un hospital del valle de México, es ya estadística quirúgica por la violencia a la que estamos todos expuestos como ciudadanos, ya sea amantes del cine, del arte, la cultura o de cualquier otro tipo de actividad distractora, creativa o productiva distinta; tenga una profesión "equis" o "ye"; preferencias políticas partidistas, credos, nacionalidades o vecindades con Azcapotzalco.
 
¿A qué viene esto último?
 
R.- A que, Villaseñor, se trasladó a la Videoteca Manuel Álvarez Bravo desde su residencia - la cual se ubica a un par de kilómetros de los linderos de Azcapotzalco, en el Estado de México -, por la simple razón de que, representa una de las contadas zonas donde, a decenas de kilómetros a la redonda, los chintololos somos los principales promotores e impulsores para satisfacer y garantizar lo tocante a la cultura y al arte, y por lo mismo, somos proclives de ser NO solo olvidados por el gobierno local, sino el mismo (no todos sus operadores políticos) se atreven a tildarnos de elitistas a los vecinos que deseamos crear un Polo Cultural y Artístico al Norte del Valle de México para beneficiar a todos por igual, sin distingo, repito, de clases sociales ni límites territoriales.
 
Por la salud no sólo de Villaseñor, sino de todos los ciudadanos, exigimos a las autoridades respeto a nuestras peticiones para garantizar nuestra seguridad. Ofertas reales para impulsar producción de arte y cultura de los profesionales dedicados a ellos DF, profesionalización de los encargados de los espacios de cultura públicos y representación auténtica y respaldo ciudadano de los verdaderamente interesados en crear un polo cultural y artístico al norte del DF, en manos de experimentados ciudadanos en el arte de producir arte.
 
México DF
31 de julio de 2006